miércoles, 13 de septiembre de 2017

ANTES DE HACER UN REGALO… PIÈNSELO!.







(He tomado “prestada” esta imagen para “graficar” sobre el tema).




Surge la posibilidad de hacer un regalo, nos preparamos para ir en la búsqueda del presente; recorremos lugares, espacios, dedicamos tiempo extra pero… Nos importa cumplir con nuestro propósito.


Logramos el presente, nos gusta, nos alegramos y esperamos el momento de entregarlo, y…


… Resulta que, quien lo recibe, tal vez se pueda emocionar, tal vez, sorprender  y…


… Notamos que, quien recibe el presente, va mostrando señales de “incomodidad”, tal vez se vuelve “distante” al trato y, hasta, quizá, nos empieza a mirar medio… “raro”.



Al principio, no entendemos què pasa, pero es cuando empezamos a descubrir, en la mayoría de las personas, cada vez màs hoy en dìa,  el enfermizo ejercicio del “conflicto-interno-personal”.


Està bien que, cada persona, de acuerdo a la vida que le toca por vivir, las experiencias que ha ido acumulando, va a “responder” acorde a tooooooooooodo ese bagaje de experiencias que fueron forjando su conducta. Eso, es respetable, comprensible hasta cierto punto, pero; nos encontramos que descubrimos que, cada vez màs, las personas se han vuelto agresivas, cada vez màs están a la “defensiva”; hasta que están preparadas para ir al choque ante cualquier demostración de cortesía…


… Es cuando comenzamos a identificar que, hoy en dìa, es preferible quedarse “quietito” y evitar malos momentos que vienen de arriba!.


Siempre pensé que, en la vida, es hermoso “desplazarse” por la vida de una forma sencilla y natural, fluir en cada momento y llenarse de satisfacciones; pero, cada vez màs, estoy descubriendo que, “cada-vez-màs” muchas personas están màs que lejos de comprender el “mecanismo-saludable-de-aprender-a-recibir”.


He observado cada planteo y cada reacción, màs que inesperados y hasta desagradables; màs que lejos del propósito inicial de un simple ejercicio de obsequiar, a quien sea, un detalle tal vez lindo que hasta le puede hacer feliz.


He identificado tantas reacciones ilógicas, inesperadas y con tantas reacciones poco comunes que reflejan conflictos en algunas personas que me hacen pensar que el ser humano està aprendiendo a “deshumanizarse” y que, extrañamente, hacen un ejercicio cotidiano de manejos de culpas varias y vaya a saber un montòn de conflictos sin resolver donde, “sanamente” me hace pensar que no es “saludable” lidiar con “desarreglos” mentales ajenos en los que, de “arriba”, ligamos situaciones desagradables que no tienen por què ser.


Parece que, hoy en dìa, la “simplicidad” de las cosas se han tornado en algo incomprensible y “complicado” y que, ahora, el ejercicio cotidiano es, en las personas, convertirse en “gladiadores-de-destrucciòn-de-cosas-agradables”.


Me acuerdo que una vez, en la India, había estado charlando con un señor del lugar y, al despedirnos, le entreguè un caramelo de obsequio. Me mirò medio extrañado, se despidió y comenzó su recorrido. A los pocos pasos, girò y me gritò:


-          ¿Por què?.

A lo que le respondì:

-          ¿Por què no?.

Le vì de pie mirando el caramelo y, luego, me gritò:

-          -Usted tiene razón!.

-          A lo que le respondì, con una sonrisa:

-          Ya lo sè!.


-           
Por supuesto que lo sè y lo defiendo todo el tiempo:



¿Por què no a la vida?.

¿Por què no a la alegría?.

¿Por què no a la gratificación de cosas lindas, a las sorpresas?.



Pero, aprendì que hay que ser màs selectivos en cuanto a quièn ofrecer un obsequio, asì sea un caramelo.


Todos somos diferentes y tenemos distintos cúmulos de experiencias de vida; asì como distintas respuestas a cada situación que se nos presenta.


Todo es respetable, dentro de lo aceptable y respetando las posibilidades de cada uno; pero, cada vez màs, identifico que, “cada-vez-màs” estudio mucho con quièn puedo llegar a tener una cortesía, cuàndo, dònde y còmo y, si va a ser un momento alegre o si me va a representar una desagradable situación de planteos màs que extraños, llenos de conflictos de mentes llenas de “chatarras” desagradables que no tienen nada que ver conmigo.


Aprendì, tal vez con tristeza, que la simplicidad y la naturalidad, hoy en dìa, parece que son algo que “invita”, en muchas personas, a la agresión  inmediata, a situaciones desagradables que no se tiene por què aceptar.


Entonces…


…  Si se piensa en hacer un obsequio, asì sea un caramelo…

… Es mejor pensarlo mil veces y…

… Aprender a hacernos regalos a nosotros mismos y, a los demás…

… Mejor regalar una sonrisa y nada màs.




ADRIANA GROSSI

   13/09/17



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