Existen veces, en que a ciertas personas se les presenta la oportunidad de experimentar una estadía en zonas geográficas, poco comunes; en este caso, la Antártida!.
Según
el lugar, son los requisitos.
Según
la capacidad, son las exigencias.
En
el caso de la Antártida, primeramente, estado de salud óptimo y
resistencia física, mental y, muy importante: Psicológica!.
Existen
una
serie
variopinta
de
tests
y
cuestionarios.
“Exploraciones”
psicológicas,
según
ciertos
patrones
de
conducta,
de
las
personas
en
estudio;
los
cuales,
serán
respondidos
en
tiempo
y
forma;
según
estructuras
de
fichas,
manchas
y
experimentación
de
convivencia
previa,
antes
de
embarcarse,
de
lleno,
a
la
estadía
especial
a
donde
van
a
ir.
Pero,
hay un detalle importante: No existe ninguna investigación que pueda
cubrir la totalidad de las actividades humanas.
Podemos
mencionar
las
Escalas
Panas,
de
afectos
positivo
y
negativo.
Ayudan
como
estadísticas
orientativas
de
investigación.
Pero,
el
afecto,
se
siente,
se
percibe;
no
se
“Mide”!.
Podemos
acercarnos a lo que es la Inteligencia Emocional, que se apresta a
verificar las capacidades individuales de una persona; tales como
capacidad para percibir emociones para facilitar el pensamiento y el
razonamiento; de comprender las emociones propias y ajenas; de
dominar las propias emociones y las de los demás. Y los tests se
orientan sobre si la persona tiene consciencia de sí mismo, su
expresión emocional; su grado de autonomía, confianza en sí mismo,
actitud frente a los demás; capacidad para escuchar, aptitud para
desenvolverse en grupo.
Pues
bien. Todo esto, y más, se supone que viene a cubrir la Pirámide de
Maslow “Psicológica”!.
Ahora
bien:
¿
Qué
edad
tiene
la
persona?.
¿
Civil
o
Militar?.
La
formación y la “óptica”, es muy diferente!.
¿
Sexo?,
¿
Ocupación?,
¿
Temperamento?.
¿
Intensión’,
¿
Propósito?...
¿
Cuál
el
real
y
cuál
el
“formal”?.
¿
Está,
la
persona,
realmente
informada
de
todos
los
cambios
que
va
a
experimentar?.
¿
Cómo
va
a
reaccionar
cuando
la
actividad
no
sea
sólo
por
unos
días;
sino,
por
caso
todo
un
año?.
Su
capacitación,
¿
Sólo
se
remite
a
lo
que
conoce
o
está
apto
para
cualquier
imprevisto?..
¿
Cómo
se
refleja
su
actitud
ante
los
cambios?.
¿
Qué espera, realmente de sí mismo y de los demás?.
¿
Se preocupa por integrarse al grupo?.
¿
Tiende a tener actitudes positivas… O se arrastra a la melancolía?.
¿
Se preocupa por la higiene, por el orden; por su alimentación y
cuidado, según lo requerido?.
¿
Sabe comunicarse con las demás personas?.
¿
Sabe ayudar?.
¿
Sabe compartir?.
¿
Hasta dónde lo que expresa y hasta dónde lo que acciona?.
¿
Se adapta a los nuevos espacios físicos con respecto a sus
“espacios” mentales?.
¿
Pone voluntad en todo lo que hace?.
¿
Es tolerante?.
No…
El ser humano, en realidad, no puede “medirse”,- en sus
posibilidades de accionar ante diferentes situaciones, lugares,
tiempos y demás…
Pero,
sí… Puede “descubrirse”.
ADRIANA GROSSI
17/05/12